Con el fin de hacer más comprensible la vertiente hematológica de la actual crisis sanitaria, la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia, SEHH, ha organizado su V Jornada de Divulgación HematoAvanza, con el aval de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud, ANIS, y el apoyo de AbbVie, Gilead, GSK y Novartis. En este foro, Cristina Arbona, directora del Centro de Transfusión de la Comunidad Valenciana y vocal de la SEHH, señaló que el tratamiento de la COVID-19 con plasma de pacientes convalecientes “es seguro” y afirmó que “es posible que el beneficio sea limitado cuando la enfermedad está evolucionada, pero parece mucho más efectivo en la enfermedad moderada y en fases más precoces, y también en pacientes inmunosuprimidos”. Arbona explicó que “para poder obtener resultados que sean fiables, es preciso administrar plasma de sujetos que tengan títulos elevados de anticuerpos”. Los criterios para donar plasma de convalecientes están publicados por el Ministerio de Sanidad: “basta con haber presentado síntomas clínicos de la COVID-19 y tener anticuerpos presentes en el plasma, habiendo pasado 28 días sin síntomas, pero también se deben cumplir todos los criterios tradicionales de la donación de sangre y de plasma (edad, peso, presencia de determinadas enfermedades, etc.)”.
En este mismo encuentro Ramón García Sanz, presidente de la SEHH, ha recordado que esta organización ha puesto en marcha una estrategia para evitar contagios de COVID-19 en pacientes con enfermedades hematológicas, con rutas asistenciales y protocolos específicos, y cuyo proyecto piloto se está llevando a cabo “con gran éxito” en el Hospital Universitario de Salamanca.
Por otra parte, José Luis Piñana, coordinador de Complicaciones Infecciosas y No Infecciosas del Grupo Español de Trasplante Hematopoyético (GETH) y hematólogo del Hospital Clínico Universitario de Valencia, explicó cómo el paciente con cáncer de la sangre es de los más vulnerables frente a la COVID-19, en base a los datos del estudio Risk factors and outcome of COVID-19 in patients with hematological malignancies, publicado en Experimental Hematology & Oncology y coordinado por este experto. “La mortalidad global en estos pacientes se ha situado en torno al 30% y baja hasta el 18% en receptores de trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH)”, afirma.
Por último, Vicente Vicente, jefe del Servicio de Hemato-Oncología del Hospital General Universitario Morales Meseguer (Murcia) y director del Centro de Hemodonación de la Región de Murcia, ha destacado la elaboración y puesta en marcha de guías para la profilaxis y tratamiento de las complicaciones tromboembólicas en pacientes con la COVID-19. “Hay una veintena de estudios clínicos en marcha buscando mejorar la elección de fármaco, dosis y duración del tratamiento para cada fase de la enfermedad”, explicó. Con respecto al manejo de los pacientes anticoagulados durante la pandemia, el experto se refirió al “establecimiento de diferentes estrategias, como el portal del paciente o las interconsultas no presenciales, para mantener su control con seguridad y eficacia”.