La extracción y trasplante de médula ósea, afectados por la pandemia

Diversos estudios españoles realizados a lo largo de los últimos meses han demostrado que la infección COVID-19 es especialmente grave en los pacientes que han recibido un trasplante hematopoyético (denominado genéricamente como trasplante de médula ósea), con una mortalidad que se sitúa entre el 20% y el 30%. Por esta razón, según asegura el coordinador del XXIX Seminario Virtual PBPC TASPE, el doctor Javier López Jiménez, del Hospital Universitario Ramón y Cajal, “hemos tenido que cambiar nuestra forma de trabajar en cuanto a la extracción de progenitores hematopoyéticos a los donantes. Además, durante el inicio de la pandemia, muchas unidades tuvieron que limitar el trasplante a aquellos pacientes que no podían esperar”. Para el especialista, “es preciso valorar riegos y beneficios del trasplante hematopoyético en cada paciente, sin olvidar que la abstención terapéutica puede ser perjudicial en muchas ocasiones”, explica.

Desde el inicio de la pandemia se tomaron medidas encaminadas a preservar la seguridad de donantes y receptores de progenitores hematopoyéticos, protegiéndoles al máximo de la infección por SARS-CoV-2. Entre estas medidas, se pusieron en marcha diversas estrategias para maximizar la seguridad, como el testeo de SARS-CoV-2 en donantes y receptores o la cuarentena de las células progenitoras mediante criopreservación.

En este seminario también se ha destacado la importancia de alcanzar una enfermedad mínima residual (EMR) negativa después de los tratamientos en los pacientes con leucemia aguda linfoblástica (LAL). En su conferencia, el doctor Josep María Ribera Santasusana, del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, de Badalona (Barcelona), explica cómo la determinación de esa EMR “servirá para estratificar el tratamiento que debe seguir el paciente”. Esta es la base del protocolo terapéutico actual del Grupo LAL del Programa Español de Tratamientos en Hematología (LAL-PETHEMA), coordinado por este experto. En el caso concreto de la LAL, “se ha convertido en un marcador esencial para ayudar a decidir el tratamiento que seguirá el paciente, de tal manera que, con una EMR positiva, podrían utilizarse tratamientos más intensivos, como un trasplante hematopoyético, o más dirigidos, como una inmunoterapia”. Asimismo, se ha insistido en la “necesidad de contar en nuestro país con laboratorios especializados” dónde se realicen estas técnicas para que cualquier paciente pueda beneficiarse.

El Seminario Virtual PBPC TASPE ha celebrado su XXIX edición con el objetivo fundamental de hacer una revisión de la mejor experiencia disponible sobre algunos aspectos controvertidos del trasplante hematopoyético. Se puede decir que es la reunión sobre trasplante hematopoyético más antigua que se ha llevado a cabo en España con continuidad.