Unidad de hemovigilancia

La Hemovigilancia es el conjunto de procedimientos organizados de vigilancia de los efectos o reacciones adversas que puedan aparecer a lo largo de la cadena transfusional. Consiste en la detección, recogida y análisis de la información sobre los efectos adversos e inesperados, desde la selección del donante, extracción, procesamiento y análisis de la sangre, hasta la distribución y administración final de cualquiera de los componentes sanguíneos y el seguimiento de los receptores. El fin es prevenir y tratar su aparición o recurrencia.

Su objetivo fundamental es generar una información veraz sobre los riesgos reales de la transfusión que contribuya a mejorar la seguridad y la calidad transfusional, lo que permitirá la instauración de medidas correctoras ante complicaciones imputables a cualquier eslabón de la cadena transfusional.

Además, se debe asegurar la trazabilidad de los componentes sanguíneos, es decir, tener la capacidad de identificar tanto al receptor de cada componente sanguíneo, como a todos los donantes que han intervenido en la transfusión de un determinado paciente.

Estructura

El Programa Estatal de Hemovigilancia (PEHV) se encuentra operativo desde Marzo de 2004. En él, se encuentran las redes de Hemovigilancia de las 17 Comunidades junto con la Unidad de Hemovigilancia. 

Se estructura en tres niveles:

  • Nivel local: servicios hospitalarios y centros de transfusión

En nuestra Comunidad estaría compuesto por cada uno de los servicios de transfusión hospitalarios y por el Banco de Sangre y Tejidos, cada uno con su responsable de Hemovigilancia.

  • Nivel autonómico: sistema autonómico de Hemovigilancia

En Aragón, estaría integrado por el Banco de Sangre y Tejidos y el coordinador autonómico de Hemovigilancia. Se encarga de la coordinación dentro de la Comunidad y con el Ministerio de Sanidad.

  • Nivel estatal: Unidad de Hemovigilancia

Se encarga de la coordinación con las comunidades autónomas y con la Comisión Europea.